Comer, beber, amar. La Nueva Cocina Mallorquina con creatividad, calidad y calidez.
El restaurante de Miguel y Tolo Gelabert es un alegato a ‘lo nostro’, con una despensa abastecida por los payeses de la zona, pescado de Cala Rajada, carne de la isla y una bodega con los mejores vinos de la tierra. Casi cien años después de que sus abuelos regentaran esta casa de comidas, siguen preparando sus platos, confituras y salsas con la tradición por delante y la innovación como sombrero. Las especias, los nuevos súper alimentos y la técnica moderna, apostillan su propuesta como ‘la nova cuina mallorquina’. Sin complejos y con mucha honestidad.
Sorprenden con tres cartas para elegir: la de comer, la de beber y la de amar. La primera incluye sus menús degustación, con platos como hilos de calamar, coca de trigo de ‘xeixa’ con cebolla caramelizada, calabacín y queso de oveja roja mallorquina, terrina de cochinillo de cerdo negro, bacalao cocido a baja temperatura con huevo, patata y sobrasada, o el tentador negro sobre naranja, con algarroba, como postre. La segunda, amplia selección de vinos de la tierra, nacionales e internacionales. Y la tercera es una declaración de amor al producto local, de dónde viene todo lo que comemos y bebemos, su propuesta de tienda gourmet y su filosofía de vida.
A Can March no vas de paso, decides ir porque sabes que la calidad con calidez que te ofrecen marca la diferencia.
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